En el pasado blog os hablábamos de la importancia que tiene realizarse una Higiene Facial profesional cada cierto tiempo, pero también es necesario cuidarse la piel uno mismo y darse el cariño que requiere, ya que nuestra piel necesita liberarse de las toxinas que acumula a lo largo del día y por la noche la piel se repara de las agresiones sufridas.

Incluso cuando no salimos de casa la piel está expuesta a otros contaminantes como el estrés, la contaminación lumínica, o toda la “contaminación” que esconde lo que bebemos y comemos entre otras cosas.

Por otro lado, nuestra piel no deja de segregar y eliminar toxinas a través del folículo pilosebáseo y solo una buena limpieza puede mantener la piel en buenas condiciones.

Por eso hoy os damos las claves para realizaros una correcta Higiene facial en vuestra casa. ¡Muy atentos!

Preparación de la Higiene Facial

Antes de comenzar con la limpieza, prepara las herramientas y productos que vayas a necesitar. Lo mejor será colocarlos en un cesto para no perder el tiempo buscándolo después. Prepara toallas, algodones, esponjas…

¡El ambiente en el que te encuentres también será muy importante! Y al final siempre es conveniente unos minutos de relax que te ayuden a desconectar. Así que si quieres, también puedes poner música, encender velas, mantas o incienso.

Recuerda lavarte las manos antes de empezar con tu Higiene Facial.

Y una vez esté todo listo, comenzamos:

1. La correcta limpieza del rostro

Este paso nos permitirá deshacernos de las impurezas del rostro y nos ayudará a que posteriormente los productos penetren mejor. Tanto si te maquillas como si no lo haces, este paso es esencial y te puede hacer de varias formas.

En esta ocasión os explicaremos una limpieza en profundidad que durante este último año ha cogido mucha popularidad. Se trata de la doble limpieza japonesa.

Para llevarla a cabo primero debes aplicar un producto de base de aceite para disolver el maquillaje y posteriormente uno más jabonoso que retiraremos con agua y nos permitirá arrastrar toda los restos para dejar los poros limpios.

2. La importancia de un buen secado

No secar bien el rostro puede ser el comienzo de muchos problemas en nuestra piel. Para hacerlo correctamente es necesario no arrastrar la toalla, sino hacerlo a pequeños toquecitos. Asegúrate de que la toalla esté limpia y tómate tu tiempo para que quede completamente seco.

3. Utiliza un tónico

El tónico es el gran olvidado en las rutinas de higiene facial, pero tiene múltiples beneficios:

  • Cierra los poros
  • Hidrata
  • Restablece el PH de la piel
  • Elimina posible rastros de producto de limpieza
  • Deja la piel lista para el siguiente paso
  • Calma la piel

Es por eso que la correcta limpieza siempre debe incluir un tónico específico para tu tipo de piel.

Un pequeño consejo a la hora de escoger el tónico es incorporar lavanda, ya que es capaz de aportar hidratación, nutrientes, tonificar, estimular y mejorar el aspecto de nuestra piel. Otra opción para aplicarlo es la de añadir unas gotas de aceite esencial en un bol con agua templada y mojar una toalla para retirar los productos de limpieza.

4. Exfoliación en tu Higiene Facial

La exfoliación es ideal para retirar las células muertas del rostro y conseguir así una piel más luminosa. Es el paso que completa la limpieza, pero que no es necesario hacer todos los días. Lo ideal sería hacerlo una vez a la semana o cada quince días en labios, cara, cuello y escote, con movimientos circulares e incidiendo en las aletas de la nariz, barbilla y labios.

¡Ten cuidado con las zonas más sensibles como los pómulos o el escote y evita el contorno de ojos y los párpados.

5. Aplica la mascarilla purificante

Llegamos a la última parte de este ritual dedicada a la limpieza profunda de la piel. Existen muchísimos tipos de mascarillas: de arcilla, Peel off, burbuja, de oro, efecto lifting, con vitamina C para iluminar o incluso con ácido hialurónico. Escoge la que más te guste y la que más vaya acorde a tus necesidades.

Te puedes ayudar también de un vaporizador facial en caso de que lo tengas o un remedio casero es el de hervir agua en una cazuela. También puedes dejar actuar a la mascarilla por sí sola.

La aplicación puede ser por todo el rostro o en una zona determinada de la cara, como por ejemplo la zona T. Déjala actuar el tiempo necesario. Mientras, puedes leer un libro, escuchar música o ver una serie.

6. Masaje

¡Nuestra piel ya está perfectamente limpia! Ahora ya solo queda hacer penetrar algunos activos que mejoren el aspecto de la piel, como por ejemplo, un masaje facial. A este masaje se le puede incorporar ampollas de tratamiento o sérums con distintas propiedades.

Ayúdate de las manos o utiliza algún utensilio especial para hacerlo, como un rodillo o gua sha de algún mineral como el cuarzo rosa o jade.

Y finalizando este paso ya tendrías la piel lista y radiante. Ahora pueden surgir algunas dudas sobre la cantidad de veces que debemos hacer una limpieza facial o si te puedes saltar algún paso.

¿Me puedo saltar alguna de las limpiezas?

Aunque lo ideal sería no saltarte ninguna de las limpiezas (la de día y la noche), si hubiera que hacerlo, mejor la de la mañana, ya que sin duda, la más importante es la de noche, porque elimina el maquillaje, la polución, restos de sebo, sudor, protector solar y toda la suciedad acumulado durante el día. Así dejarás la piel lista para que se repare mientras duermes.

¿Higiene Facial en casa o de forma profesional?

Ambas. La limpieza facial es necesaria hacérsela de forma habitual, pero una limpieza facial completa es más duradera y profunda. Te dejamos algunas recomendaciones como esta Higiene Facial para que consigas una piel radiante:

  • Realizarla cada cierto tiempo te maquilles o no
  • Ten en cuenta tu tipo de piel a la hora de escoger los productos
  • Bebe mucha agua para tener la piel hidratada
  • Utiliza protector solar siempre, tanto en verano como en invierno
  • No usar productos químicos demasiado fuertes o cremas aceitosas
  • Evita pellizcar o tocar mucho la piel

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