En medicina estética, los tratamientos regenerativos han transformado la forma en la que cuidamos la piel. Ya no se trata solo de mejorar su aspecto, sino de estimular sus propios mecanismos de reparación y renovación celular.
Entre las opciones más innovadoras destacan dos nombres que quizá ya hayas escuchado: exosomas y polinucleótidos. Ambos comparten un objetivo común —regenerar y revitalizar la piel—, pero actúan de manera diferente.
A continuación te contamos cómo funciona cada uno y cuándo conviene elegir uno u otro.
Exosomas: comunicación celular avanzada
Los exosomas son pequeñas vesículas (de entre 30 y 150 nanómetros) liberadas por las células madre. En su interior transportan proteínas, lípidos, ADN, ARN y factores de crecimiento, elementos esenciales para la reparación y regeneración del tejido cutáneo.
Actúan como mensajeros biológicos: transmiten información entre células para activar procesos de regeneración natural.
Beneficios principales:
- Rejuvenecimiento cutáneo global.
- Aceleración de la recuperación tras tratamientos médicos.
- Estimulación del crecimiento capilar (tratamiento de la alopecia).
- Mejora del tono y la pigmentación.
- Reducción de la inflamación y reparación celular profunda.
Este tratamiento es ideal para pieles que buscan recuperar vitalidad, luminosidad y firmeza de forma integral, o para potenciar los resultados de otros procedimientos como láser, microneedling o radiofrecuencia médica.
Polinucleótidos: regeneración y firmeza desde el ADN
Los polinucleótidos son fragmentos de ADN purificado con una gran capacidad para hidratar, regenerar y mejorar la elasticidad de la piel.
Actúan estimulando los fibroblastos —las células responsables de producir colágeno y elastina—, mejorando visiblemente la textura y el tono.
Beneficios principales:
- Estimulan la producción de colágeno y elastina.
- Mejoran la firmeza y elasticidad de la piel.
- Disminuyen la apariencia de arrugas finas.
- Favorecen la regeneración y la hidratación profunda.
Los polinucleótidos son perfectos para quienes desean un efecto tensor y reafirmante visible, especialmente en rostro, cuello y escote, o como tratamiento preventivo del envejecimiento cutáneo.
¿Cuál elegir?
Aunque ambos son tratamientos regenerativos, la elección dependerá del estado de tu piel y tus objetivos:
- Si buscas revitalizar la piel, mejorar su calidad global o recuperar luminosidad, los exosomas serán tu mejor opción.
- Si tu prioridad es mejorar la firmeza, la textura y la elasticidad, los polinucleótidos ofrecen resultados visibles y naturales.
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